El ritual de agua y laurel se volvió uno de los más elegidos dentro del feng shui para quienes buscan atraer fortuna, renovar energías y desbloquear la abundancia antes del cierre del año.
Su combinación de elementos naturales y simbólicos lo convierte en una práctica sencilla pero poderosa para quienes desean comenzar el próximo año con mayor claridad y vibras positivas.
Este milenario ritual que se realiza bajo el abanico del Feng Shui, es muy popular ya que el agua representa fluidez, movimiento y renovación, mientras que el laurel es una planta históricamente asociada con la victoria, la protección y los nuevos comienzos.
Juntos forman un ritual ideal para limpiar energías estancadas, atraer prosperidad y abrir caminos antes del 31 de diciembre, una fecha especialmente energética según las creencias orientales.
Para obtener mejores resultados, el Feng Shui sugiere preparar el ambiente antes de comenzar y hacerlo en un espacio tranquilo, con buena ventilación y libre de ruidos. Para llevarlo a cabo, se necesitará contar con:
Una vez listo el ambiente, se deben apagar los dispositivos electrónicos y encender, opcionalmente, una vela blanca para la limpieza energética. Luego de esto, se debe llenar el recipiente con agua y colocar las tres hojas de laurel en la superficie.
Al momento de “activar el ritual de agua y laurel, se deben repetir las frases “Atraigo oportunidades y prosperidad” y “Permito que la fortuna fluya en mi vida”, para dejarlo reposar durante 24 horas, sin moverlo ni cambiarlo de lugar.
Pasadas las horas, hay que desechar el agua en una planta o espacio natural y quemar el laurel como símbolo de transformación y cierre energético.
El momento ideal para realizar este ritual es durante los últimos días de diciembre, especialmente entre el 28 y el 31.
Según el feng shui, este período actúa como un portal energético que facilita soltar lo viejo, limpiar el hogar de vibraciones densas y atraer nueva fortuna, la armonía emocional, protección personal y familiar, y prosperidad económica.


