El ciclo de Sergio Canales en los Rayados de Monterrey podría estar entrando en un punto de inflexión. Días después de la eliminación ante Toluca, el mediocampista español apareció en Santander, su ciudad natal, junto al presidente del Real Racing Club, una imagen que, más allá del contexto personal, reactiva una pregunta inevitable.
Si bien el encuentro puede leerse únicamente como el saludo entre dos personas con una relación cercana desde hace años, el momento no es menor. La caída del sábado pasado en las semifinales no solo marcó el adiós de Rayados al torneo, también representó la despedida de Sergio Ramos del club, cerrando un ciclo español dentro del proyecto regiomontano.
En ese mismo escenario, Canales entró en un periodo natural de reflexión tras una temporada exigente y con saldo colectivo amargo. Ya en vacaciones, regresó a Santander y sostuvo un encuentro con Manuel Higuera, presidente del Racing, reunión que el club cántabro encuadró oficialmente como parte de una relación personal, sin implicaciones deportivas inmediatas.
El Racing, que milita en LaLiga Hypermotion, la segunda división del futbol español, se encargó de bajar el volumen a cualquier lectura apresurada. Sin embargo, la imagen circuló con fuerza entre los aficionados, alimentando una narrativa conocida en el futbol europeo: la del jugador que, tras hacer carrera fuera, mantiene abierta la puerta de casa.
Canales, de 34 años, llegó a México para el Apertura 2023 y se convirtió de inmediato en uno de los ejes de Rayados. En 80 partidos oficiales, suma 38 goles, cifras que reflejan impacto sostenido desde el mediocampo. Su peso en la cancha y en el vestidor ha sido constante, incluso en momentos de tensión y transición dentro del proyecto.
En noviembre pasado, el propio futbolista reconoció que mantiene comunicación frecuente con el Racing, el club donde debutó como profesional. También dejó clara una condición innegociable para cualquier posible regreso: sentirse en plenitud física y competitiva. No volver, dijo entonces, solo por el valor emocional.
Su recorrido en el futbol español respalda ese perfil. Tras surgir en Santander, Canales pasó por el Real Madrid, Valencia, Real Sociedad y Real Betis, donde consolidó una etapa de madurez futbolística antes de dar el salto a la Liga MX.
Desde el entorno racinguista insisten en que no hay un movimiento inminente, pero el contexto —el cierre del torneo, la salida de Ramos y la visita a casa— coloca a Canales en un terreno similar al que ya recorrió su tocayo y paisano.
A diferencia de Ramos, cuyo contrato terminó con el final del certamen, Canales aún tiene al menos seis meses más de vínculo con los regiomontanos. Aun así, el momento actual abre una ventana de reflexión que podría empezar a perfilar su futuro de cara al próximo verano

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