Corea del Norte admitió públicamente que envió soldados a la región rusa de Kursk para llevar a cabo labores de desminado, según lo reveló el líder del régimen Kim Jong-un en un discurso difundido por la televisión estatal.
Esta es una de las contadas ocasiones en que Pyongyang reconoce de manera abierta las misiones realizadas por su personal militar fuera de sus fronteras, en el marco de su respaldo a la ofensiva rusa, guerra que pronto cumplirá cuatro años.
Expertos indican que el régimen norcoreano recibe suministros de tecnología militar, recursos energéticos, alimentos y apoyo financiero por parte de Moscú, como contrapartida a la presencia de tropas norcoreanas, lo que le permite aliviar el impacto de las sanciones internacionales.
En una ceremonia celebrada en Pyongyang, el dictador norcoreano rindió tributo a los ingenieros militares que participaron en la misión y confirmó que nueve soldados fallecieron durante los cuatro meses de operaciones.
“A excepción de la desgarradora pérdida de nueve vidas, todos los oficiales y soldados del regimiento han regresado a la madre patria, y les expreso mi agradecimiento por ello”, declaró Jong-un en el acto de bienvenida al 528º Regimiento de Ingenieros del Ejército norcoreano.
De acuerdo con estimaciones de servicios de inteligencia surcoreanos y occidentales, Corea del Norte envió cerca de 1.000 ingenieros militares a la región de Kursk para tareas de desminado, además de haber desplegado previamente unos 15.000 soldados de combate en diferentes grupos para brindar apoyo a Rusia. Corea del Norte reconoció en abril el despliegue de tropas en apoyo a Rusia y la muerte de soldados propios en combate.
La presencia de tropas norcoreanas responde a lo establecido en el Acuerdo de Asociación Estratégica Integral firmado entre los líderes de Corea del Norte y Rusia en junio del año pasado, que contempla una cláusula de defensa mutua si alguna de las partes es objeto de agresión.
El líder de Corea del Norte también distinguió a los caídos con honores estatales y destacó la capacidad del regimiento para eliminar peligros en el territorio ruso en un plazo reducido.
Los soldados del regimiento “pudieron obrar el milagro de convertir una vasta zona de peligro en una zona segura en cuestión de menos de tres meses, una tarea que se creía imposible de llevar a cabo incluso en varios años”, agregó el líder del régimen.
Las imágenes difundidas por la prensa oficial mostraron a Kim Jong-un recibiendo a los efectivos que retornaron, algunos de los cuales presentaban lesiones graves y se movilizaban en sillas de ruedas, así como acompañando a las familias de los fallecidos y entregando reconocimientos. Kim hizo hincapié en el esfuerzo y sacrificio de los soldados y también en la espera de los familiares durante el periodo de despliegue.
Cabe mencionar que el pasado 7 de noviembre altos mandos militares de Corea del Norte y Rusia discutieron en Pyongyang el fortalecimiento de la cooperación bilateral, según informó la agencia estatal norcoreana.
La publicación coincide con reportes de inteligencia surcoreana sobre señales recientes de reclutamiento y entrenamiento militar en el Norte, lo que podría anticipar nuevos envíos de tropas norcoreanas para apoyar a Rusia.
(Con información de EFE y AFP)



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