En la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) existen comunicados de prensa más antiguos que la Biblia; Venustiano Carranza, de vivir, se sentiría orgulloso por su perfil for ever young (siempre joven, como la canción).
Su área de comunicación social, de la SRE, fue mal bautizada o quizá se ha convertido en un arcaísmo; el nombre que más se acerca a la realidad es “área de la no participación de México en el mundo”.
Ayer, el área de la no participación de México en el mundo emitió un comunicado sobre lo dicho por el embajador ante la ONU, Héctor Vasconcelos.
El primer párrafo señala: “El representante permanente de México ante la ONU, Héctor Vasconcelos reiteró que corresponde exclusivamente al pueblo venezolano determinar su futuro político”.
Si la fuente de sus palabras se adhiriera a la racionalidad y no a los famosos “principios de la política exterior mexicana”, uno pensaría que la biología y no la democracia sería la única puerta de salida de los dictadores. Le pasó a Fidel Casto y a Hugo Chávez. Para Héctor Vasconcelos las elecciones presidenciales venezolanas del año pasado fueron un acto más del teatro del absurdo, donde un señor, Edmundo González, las perdió porque sorprendió al dictador.
Si el futuro político le “corresponde exclusivamente al pueblo venezolano”, para qué existe la Secretaría de Relaciones Exteriores. Lo mejor sería relevarla por la Secretaría de la No Participación de México en el Mundo (SNPMM).
Ahora sí, el comunicado de prensa cobraría sentido de la realidad. Por ejemplo, en el segundo párrafo señala: “Promover la confianza entre las partes”. Se enchina la piel al leer la poesía. Confiar en Maduro es pensar que una señal divina lo convertirá en apóstol de la democracia; convocará elecciones el primero de enero próximo y entregará la banda presidencial a María Corina Machado el 2 de enero. Todos felices.
Seis años atrás, en la cabina de radio de MVS, el entonces senador Héctor Vasconcelos estaba convencido que el diálogo por el que apostaba México entre Maduro y la oposición tendría un buen desenlace. El encuestólogo Roy Campos apoyó los comentarios de Vasconcelos. Roy estaba convencido que el nuevo papel de la política exterior del presidente López Obrador sería el mejor camino para, ahora sí, buscar una solución al conflicto.
Oriette Ledezma (hija del opositor y exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma) y yo, explicamos que la estrategia de AMLO era en realidad una trampa que buscaba un objetivo: apoyar a Maduro por cuestión de lealtad por favores recibidos.
No nos equivocamos.
A Genaro Lozano le embargó un sentimiento personal similar al de Héctor Vasconcelos: cuando eran niños, fueron muy felices en Roma y Nueva York, respectivamente. Ahora, ambos son representantes de la Secretaría de la No Participación de México en el Mundo.
Para que el mundo no hable de México, lo mejor es ondear los “principios de la política exterior mexicana”.


